Un fruto del amor

Por Gilberto San Juan Serantes

 Con el paso del tiempo, el universo de las flores y las plantas ornamentales ha tomado cada vez más importancia en su relación con el hombre, su civilización y su cultura, motivado entre otras causas a su irresistible atracción a lo largo de la historia.

 Cuba es participe de ello y quien visite la casa de Guille, ubicada en el municipio de Primero de Enero, de la provincia de Ciego de Ávila, puede convertirse en protagonista de un verdadero milagro del campo de la jardinería y la botánica, surgido de la magia de sus manos.

 Ser acreedor de la condición de Patio de Referencia y Excelencia Nacional, avala la dedicación de parte de su vida en aquellos 300 metros cuadrados de su huerto, donde exhibe con orgullo un ambiente donde predomina el colorido y el aroma, matizado por más de 300 variedades de plantas.

 Una diversidad de flores embellecen la tupida vegetación que reina en el entorno de su hogar, en la que sobresalen más de 80 tipos de orquídeas, ejemplares como Mar pacífico, Flor de Pascua, Granada, Ave de Paraíso, Marilope, Trébol, Helechos, Rabo de Gato, Begonias, Yuca de Jardín, entre otras, acaparan la atención del más exigente de los transeúntes.

 Guille y su esposa abrieron las puertas de su corazón para entregarse por entero a esa tarea de infinito amor, y llevan en su conciencia el desvelo constante por mejorar la calidad de su entrega a tan noble empeño.

 Sin dudas y para bien de los avileños hablamos de una pareja que hace de lo difícil lo cotidiano y no abandona lo inalcanzable. Con sus aspiraciones logran una nueva imagen que conmueve a todo aquel, que tiene el mérito de premiar el buen gusto a través de la mirada agradecida del quien ama lo bello.