Victoria donde se crecieron los hijos de la patria

Por Gilberto San Juan Serantes
"Lo que no pueden perdonarnos los imperialistas, es la dignidad, el valor, la firmeza ideológica, el espíritu de sacrificio y el espíritu revolucionario del pueblo de Cuba”, dijo Fidel el 16 de abril de 1961.
Seguidamente afirmó "Eso es lo que no pueden perdonarnos, que estemos ahí en sus narices, Ay que hayamos hecho una Revolución Socialista en las propias narices de los Estados Unidos!".
Y es que el ejemplo dado por esta pequeña Isla transcendió sus fronteras y se convirtió en un paradigma lleno de heroísmo. Basta señalar que casi todos los artilleros antiaéreos que combatieron en Playa Girón tenían 15, 16, 17 años.
Fidel Castro, líder de la Revolución Cubana, en un homenaje a la temeridad y valentía de estos combatientes adolescentes, los llamó "los niños héroes de Playa Girón", y aún se los conoce así.
Manuel Alfredo Abad, uno de los niños héroes de Playa Girón, asegura: "Yo tenía 17 años en esa época", dijo Abad. "Era una tarea muy pesada, y se buscaba a jóvenes para hacerlo. Me entrené con el cuatro bocas", agregó. "Cuatro bocas" es el término usado en Cuba para las ametralladoras pesadas de cuatro cañones, de fabricación checa.
En Playa Girón, cuando Fidel Castro estaba inspeccionando algunas ametralladoras calibre 50 y cohetes que les habían ocupado a los mercenarios, se volvió al capitán José "Pepín" Álvarez Bravo, jefe de la artillería antiaérea, y le preguntó, "Pepín, ¿éstas son las armas que traían los aviones tumbados por los muchachos de las antiaéreas?"
"Sí, comandante, son los que tumbamos", contestó Álvarez Bravo.
"¡No, tú no los tumbaste, sino ellos, los muchachos con sus antiaéreas!" respondió el líder cubano, provocando sonrisas y risa entre todos.


No hubo ni un solo desertor entre los jóvenes soldados de nuestras unidades antiaéreas.
Esto es una muestra viva de por qué Cuba, en menos de 72 horas, logró aplastar una invasión mercenaria financiada y organizada por la mayor potencia imperialista del mundo.
La declaración del carácter socialista de la Revolución, a solo horas del desembarco mercenario en 1961, representa uno de los factores políticos decisivos de la batalla de Playa Girón, cuya trascendencia rebasa su momento histórico.