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Un ejemplo que se agiganta para todos los tiempos

Un ejemplo que se agiganta para todos los tiempos

Por: Gilberto San Juan Serantes

 

Liberar a la patria o morir por ella, fue el juramento que los hijos de Mariana hicieron ante esta abnegada y valerosa mujer, que no vaciló en lanzarse a la manigua al estallar la primera gesta emancipadora en el año 1868.

Inolvidable fue la posición de la madre de los Maceo cuando trajeron a su hijo Antonio  malherido en el combate de Potreros de Mejías, y ante el llanto desalentador de las mujeres, Mariana exclamó:”Fuera, fuera faldas de aquí! No aguanto lágrimas”, y al encontrarse con el más pequeño de sus vástagos, le dijo de manera enérgica:” y tú empínate porque ya es hora de que vayas al campamento”.

Es por ello, que la propuesta de otorgarle a Mariana Grajales la condición de Madre de la Patria, constituye un acto de justicia y un merecido homenaje, para quien lo dio todo y alentó hasta el último de sus hijos a la lucha por una Cuba libre, dando un ejemplo insuperable de entrega y fidelidad a la causa.

De tal madre solo podrían surgir héroes, y sus descendientes fueron dignos de ese calificativo, varios de ellos escribieron páginas gloriosas de la historia y entregaron sus vidas en el empeño por verla libre del yugo colonial, en aras del bienestar y el progreso de Cuba.

En su pensamiento rebelde y su figura legendaria se concretaron sueños de hombres que conocieron su talla y palparon su hidalguía. Todavía en los campos del Oriente cubano se olle el eco de su voz como un canto a la dicha de vivir en un país libre y lleno de esperanzas.

Hoy, 12 de julio,en el aniversario 195 de su natalicio podemos afirmar que Mariana Grajales, no ha muerto, sus hijos no la olvidan,  por eso vive  y vivirá por siempre entre nosotros, porque los compromisos con la patria son eternos.

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